Supongamos que el (ya muy famoso) accidente de los 33 mineros chilenos hubiera acontecido en tierras venezolanas. Hagamos un colorido recorrido imaginativo de lo que ya esta querida tierra nos tiene, lamentablemente, acostumbrados.
En primer lugar hay que recordar que las industrias básicas venezolanas son del estado. Así que la empresa minera venezolana sería en nuestra analogía algo así como Venalum, o quizás la rama minera de la CVG.
Resulta entonces que 33 obreros de Venalum, mal pagados, mal tratados por sus propios sindicatos, pero amantes ciegos de la Revolución Bonita si ésta les da una lavadora en víspera electoral, quedan accidentalmente atrapados varios decámetros bajo tierra. “Coño e’ la madre”, ya dijo uno a los pocos momentos del imprevisto.
Afortunadamente todos resultan con vida y sin mayores lesiones. Comienzan a gritar para que los salven, pero por lo pronto lo único que reciben como esperanza es que los rescatarán en varios días. Muchos se molestan, se preguntan qué harán, uno que otro llora; y alguno dice “voy pa’l baño marico” y saca su miembro sin mayor pudor delante de todos para comenzar a orinar ahí al ladito del grupo.
Así empiezan a pasar los días mientras que en la superficie se arma todo un alboroto. Mensajeros del gobierno sobornan a los familiares de los mineros para que la noticia no trascienda, pero siempre hay un Franklin Brito que defiende la honestidad y le da declaraciones a Globovisión por medio de una llamada. La noticia se emancipa entonces a los medios y todo se pone color de hormiga en los canales informativos.
Leopoldo Castillo, coreado con la sempiterna música de fondo de Globovisión, hace una fuerte denuncia al gobierno por callarse la boca, por intentar sobornar a los familiares y por, en primera instancia, mantener a personas tan incompetentes en los cargos de la administración pública. En la cinta inferior de la pantalla, mientras transcurre el programa “Aló Ciudadano”, se puede leer: “¿Cree usted que el gobierno bolivariano es el responsable del accidente de los obreros de Venalum? Sí (93%) No (5%) Soy un idiota y soy Ni-Ni (2%)”.
La noticia de hace dos días era que Chávez había expropiado a empresas Polar, pero todo se encortina rápidamente ante los nuevos acontecimientos. La gente no para de hablar acerca del asunto, y en La Hojilla no saben qué decir porque Chávez no ha abierto la boca aún. Entonces, como es de esperar, el Bolívar 3.0 (porque el 2.0 fue Cipriano Castro) aparece y hace una cadena nacional.
Emular una cadena de Chávez, así sea en son de mofa, resultaría en párrafos interminables y en muchas pelotudeces. Digamos pues que en la alocución todo se resumiría en despedir públicamente al Ministro del Poder Popular para las Industrias Básicas y Minería (sí así de largo es el nombre), al mismo tiempo que llamaría a la creación de una comisión de rescate bautizada bajo un nombre como “Misión Miranda en la Carraca” o algo similar. Por supuesto, no faltaría el justo recordatorio de que los responsables del accidente fueron la burguesía apátrida, la misma del sabotaje petrolero, que en complot con la CIA y el imperio yankee entrenaron a iguanas para que entraran en los alrededores de la excavación y causarán un colapso del terreno; todo financiado por el Departamento de Estado. Tarek el Aissami, al día siguiente, asegura tener las pruebas.
Las focas de boina roja aplaudirían sin cesar, arguyendo durante varios días que si la empresa hubiera sido privada, los mineros se hubieran dejado morir, sin nadie que los socorriese: “Gracias al socialismo y a nuestro comandante, que es amor, podemos saber que los rescataremos vivos. En la IV República, los lacayos de capitalismo nunca los hubieran rescatado”.
A todas estas, los obreros atrapados se encontraban bastante debilitados, algunos con diarrea, otros sin ánimos, pero la mayoría optimista, rezándole de vez en cuando a María Lionza, al ánima de Taguapire o a la abuela que los crió en la infancia, sin notar, por supuesto, el sincretismo religioso que todo ello implica con la fe cristiana. Los más vivaces habían amoldado algunas piedras, las habían agujereado y se habían puesto a jugar dominó amenamente, solicitando una vez cada tanto una ronda de culo’e focas pa’ pasá’ el rato encuevao’.
Justo arriba de ellos, el equipo revolucionario de la misión “Miranda en la Carraca”, conformado por los mismos creadores del exitoso Vergatario y de la plataforma petrolera insumergible de oriente, exigían colaboración iraní, china, argentina, cubana y nicaragüense para una labor de tal envergadura. Una pancarta jactanciosa que rezaba “Pueblos del Sur unidos por nuestros hermanos revolucionarios atrapados” ondeaba encima de sus cabezas. Por otro lado, estudiantes de la ULA, UCV y USB ya habían diseñado en conjunto una solución mecánica eficaz para el rescate, y sólo esperaban la aprobación del gobierno…
(Muchas gracias a Mr. Smash, a Anshelo, a Pato y a Jets por ser fuente de inspiración).
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En primer lugar hay que recordar que las industrias básicas venezolanas son del estado. Así que la empresa minera venezolana sería en nuestra analogía algo así como Venalum, o quizás la rama minera de la CVG.
Resulta entonces que 33 obreros de Venalum, mal pagados, mal tratados por sus propios sindicatos, pero amantes ciegos de la Revolución Bonita si ésta les da una lavadora en víspera electoral, quedan accidentalmente atrapados varios decámetros bajo tierra. “Coño e’ la madre”, ya dijo uno a los pocos momentos del imprevisto.
Afortunadamente todos resultan con vida y sin mayores lesiones. Comienzan a gritar para que los salven, pero por lo pronto lo único que reciben como esperanza es que los rescatarán en varios días. Muchos se molestan, se preguntan qué harán, uno que otro llora; y alguno dice “voy pa’l baño marico” y saca su miembro sin mayor pudor delante de todos para comenzar a orinar ahí al ladito del grupo.
Así empiezan a pasar los días mientras que en la superficie se arma todo un alboroto. Mensajeros del gobierno sobornan a los familiares de los mineros para que la noticia no trascienda, pero siempre hay un Franklin Brito que defiende la honestidad y le da declaraciones a Globovisión por medio de una llamada. La noticia se emancipa entonces a los medios y todo se pone color de hormiga en los canales informativos.
Leopoldo Castillo, coreado con la sempiterna música de fondo de Globovisión, hace una fuerte denuncia al gobierno por callarse la boca, por intentar sobornar a los familiares y por, en primera instancia, mantener a personas tan incompetentes en los cargos de la administración pública. En la cinta inferior de la pantalla, mientras transcurre el programa “Aló Ciudadano”, se puede leer: “¿Cree usted que el gobierno bolivariano es el responsable del accidente de los obreros de Venalum? Sí (93%) No (5%) Soy un idiota y soy Ni-Ni (2%)”.
La noticia de hace dos días era que Chávez había expropiado a empresas Polar, pero todo se encortina rápidamente ante los nuevos acontecimientos. La gente no para de hablar acerca del asunto, y en La Hojilla no saben qué decir porque Chávez no ha abierto la boca aún. Entonces, como es de esperar, el Bolívar 3.0 (porque el 2.0 fue Cipriano Castro) aparece y hace una cadena nacional.
Emular una cadena de Chávez, así sea en son de mofa, resultaría en párrafos interminables y en muchas pelotudeces. Digamos pues que en la alocución todo se resumiría en despedir públicamente al Ministro del Poder Popular para las Industrias Básicas y Minería (sí así de largo es el nombre), al mismo tiempo que llamaría a la creación de una comisión de rescate bautizada bajo un nombre como “Misión Miranda en la Carraca” o algo similar. Por supuesto, no faltaría el justo recordatorio de que los responsables del accidente fueron la burguesía apátrida, la misma del sabotaje petrolero, que en complot con la CIA y el imperio yankee entrenaron a iguanas para que entraran en los alrededores de la excavación y causarán un colapso del terreno; todo financiado por el Departamento de Estado. Tarek el Aissami, al día siguiente, asegura tener las pruebas.
Las focas de boina roja aplaudirían sin cesar, arguyendo durante varios días que si la empresa hubiera sido privada, los mineros se hubieran dejado morir, sin nadie que los socorriese: “Gracias al socialismo y a nuestro comandante, que es amor, podemos saber que los rescataremos vivos. En la IV República, los lacayos de capitalismo nunca los hubieran rescatado”.
A todas estas, los obreros atrapados se encontraban bastante debilitados, algunos con diarrea, otros sin ánimos, pero la mayoría optimista, rezándole de vez en cuando a María Lionza, al ánima de Taguapire o a la abuela que los crió en la infancia, sin notar, por supuesto, el sincretismo religioso que todo ello implica con la fe cristiana. Los más vivaces habían amoldado algunas piedras, las habían agujereado y se habían puesto a jugar dominó amenamente, solicitando una vez cada tanto una ronda de culo’e focas pa’ pasá’ el rato encuevao’.
Justo arriba de ellos, el equipo revolucionario de la misión “Miranda en la Carraca”, conformado por los mismos creadores del exitoso Vergatario y de la plataforma petrolera insumergible de oriente, exigían colaboración iraní, china, argentina, cubana y nicaragüense para una labor de tal envergadura. Una pancarta jactanciosa que rezaba “Pueblos del Sur unidos por nuestros hermanos revolucionarios atrapados” ondeaba encima de sus cabezas. Por otro lado, estudiantes de la ULA, UCV y USB ya habían diseñado en conjunto una solución mecánica eficaz para el rescate, y sólo esperaban la aprobación del gobierno…
El país se encontraba a la expectativa a estas alturas de los eventos. Adriana Azzi visualizaba la paz, la hermandad y una solución feliz a esta situación, además de la salida de Chávez, tal y como lo viene prediciendo año tras año desde el 2003. Las viejas encopetadas de la oposición, exhortadas por la iglesia católica, hacían la difícil y útil labor de rezar por la salida de esos pobres hombres, y los venezolanos en general hacían lo que mejor saben hacer: inventar chistes. Pronto el Conde del Guácharo sacaba jodas de la situación en sus presentaciones, la gente en Twitter y Facebook (como yo) hacía comentarios como que “después de sacar a los mineros, habría que seguir excavando para ver si se podía rescatar a la selección italiana”, o que “luego de sacar a los mineros había que arrojar a Ricardo Arjona, a Paulo Coelho, a Chávez, a Evo, a Correa, a Fidel, a Wendy Sulca, a la Tigresa del Oriente, a los reggaetoneros” y a toda esa fauna de mal gusto que nos deja mal parados como sudamericanos.
La operación de rescate comenzaba finalmente. Reporteros de todo el país se habían concentrado en el lugar del suceso, con cierto embudo hacia los reporteros internacionales que, bueno, no resultan muy simpáticos en las preguntas al presidente. Buhoneros vendiendo camisas, porfiados, chapas, muñecos de acción y bandanas por los mineros pululaban por doquier. Dame pa’ matala, el Potro Álvarez, Hany Kauan, Servando y Florentino, la vieja rapera del Metro y otros artistas extremadamente talentosos y apolíticos armaban espectáculo en una tarima rústica. Gilberto Correa había salido del tupperware gigante que lo conserva para animar la recolecta del Telecorazón por los familiares de los accidentados.
La operación de rescate comenzaba finalmente. Reporteros de todo el país se habían concentrado en el lugar del suceso, con cierto embudo hacia los reporteros internacionales que, bueno, no resultan muy simpáticos en las preguntas al presidente. Buhoneros vendiendo camisas, porfiados, chapas, muñecos de acción y bandanas por los mineros pululaban por doquier. Dame pa’ matala, el Potro Álvarez, Hany Kauan, Servando y Florentino, la vieja rapera del Metro y otros artistas extremadamente talentosos y apolíticos armaban espectáculo en una tarima rústica. Gilberto Correa había salido del tupperware gigante que lo conserva para animar la recolecta del Telecorazón por los familiares de los accidentados.
Abajo, los mineros se entraban a coñazos para decidir quién era el que saldría de primero, pero estaban tan débiles que al rato prefirieron hacer una cola (aunque algunos se coleaban). Al son de la “gaita de los mineros” recién compuesta por Gran Coquivacoa, discretamente le bajaron a los accidentados unas instrucciones, sugiriéndoles que cuando salieran gritaran “patria socialista o muerte”. La recompensa: uno de esos maletincitos famosos y un cargo público en un ministerio, además de una “sobaíta” por parte de unas muchachas lindas y querendonas. ¡Rico mami!.
Bajan la cápsula de rescate, confeccionada en mimbre y otros materiales endógenos, con un señor rescatista ataviado de implementos de seguridad, todos misteriosamente de color rojo. La cápsula se atora a mitad de camino. El rescatista grita a los de arriba “¡Dale chola pajúo!”. Desde arriba no saben qué hacer, pero resulta que el motor eléctrico no sirve porque se fue la luz. Desde la tarima del concierto un alto funcionario chavista le achaca la falla al fenómeno de El Niño, y paradójicamente comienza a caer una lluvia torrencial, un “palo de agua”. En la cueva, el primer minero de la cola, que está al tanto de todo lo que ocurre, mirando hacia arriba y mojándose con las gotas de lluvia que caen furtivas en la gruta, dice “coño e’ la madre”. Fue el mismo mentador de madre de la primera vez.
Colocan una planta eléctrica iraní, le dan energía al motorcito y realizan la operación. Luego de un par de semanas, se extraen a los 33 mineros damnificados, de los cuales 30 están vivos y 14 con lesiones entre graves y leves. Ninguno dijo la consigna socialista, sino que más bien pensaban en el voto-castigo.
Chávez apoya el éxito de la operación, llama a los supervivientes, los califica como “verdaderos revolucionarios valientes como el indio Guaicaipuro”, los condecora, y les moja la mano para que no reclamen y luego los despacha para su casa. Al día siguiente y de forma astuta, el primer mandatario asegura un nuevo altercado próximo al magnicidio y todos las noticieros se vuelcan sobre lo último en el acontecer nacional. Nadie recuerda ya a los mineros ni a la operación “Miranda en la Carraca”.
Bajan la cápsula de rescate, confeccionada en mimbre y otros materiales endógenos, con un señor rescatista ataviado de implementos de seguridad, todos misteriosamente de color rojo. La cápsula se atora a mitad de camino. El rescatista grita a los de arriba “¡Dale chola pajúo!”. Desde arriba no saben qué hacer, pero resulta que el motor eléctrico no sirve porque se fue la luz. Desde la tarima del concierto un alto funcionario chavista le achaca la falla al fenómeno de El Niño, y paradójicamente comienza a caer una lluvia torrencial, un “palo de agua”. En la cueva, el primer minero de la cola, que está al tanto de todo lo que ocurre, mirando hacia arriba y mojándose con las gotas de lluvia que caen furtivas en la gruta, dice “coño e’ la madre”. Fue el mismo mentador de madre de la primera vez.
Colocan una planta eléctrica iraní, le dan energía al motorcito y realizan la operación. Luego de un par de semanas, se extraen a los 33 mineros damnificados, de los cuales 30 están vivos y 14 con lesiones entre graves y leves. Ninguno dijo la consigna socialista, sino que más bien pensaban en el voto-castigo.
Chávez apoya el éxito de la operación, llama a los supervivientes, los califica como “verdaderos revolucionarios valientes como el indio Guaicaipuro”, los condecora, y les moja la mano para que no reclamen y luego los despacha para su casa. Al día siguiente y de forma astuta, el primer mandatario asegura un nuevo altercado próximo al magnicidio y todos las noticieros se vuelcan sobre lo último en el acontecer nacional. Nadie recuerda ya a los mineros ni a la operación “Miranda en la Carraca”.
(Muchas gracias a Mr. Smash, a Anshelo, a Pato y a Jets por ser fuente de inspiración).
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Hace años, y en verdad, años, no había leído un artículo tan excelente, tan de buena estructura de crítica constructiva de la mano de la mofa fina.
ResponderEliminarNo lo he terminado de leer porque debo salir, pero el blog va a los favoritos.
Humor negro de calidad.
Uno de tus mejores artículos corvo! jajaja todavía me estoy riendo. Pero sabes que estuve en Chile justo cuando pasó esto y te puedo decir de primera mano que son más las similitudes que las diferencias. Todo se convirtió en un mega circo de Piñera y mientras tanto 32 mapuches se están muriendo en huelga de hambre.
ResponderEliminarhahahahahahahaha amo tu pagina !!!!! esta demasiado buena!!! te la comiste =DD
ResponderEliminarAtt.
Jets!
"Adriana Azzi visualizaba la paz, la hermandad y una solución feliz a esta situación, además de la salida de Chávez, tal y como lo viene prediciendo año tras año desde el 2003"
ResponderEliminarBuenisimo eso!! jajajaj
Si los mineros hubiesen sido venezolanos, luego del rescate serían reconocidos mundialmente, los invitarían a pprogramas como "UN ESPECIAL DE QUIEN QUIERE SER MILLONARIO CON LOS MINEROS", "GUERRA DE LOS SEXOS CON LOS MINEROS" jaja
Y entre todos los venezolanos los conocerían... "ése, el minero 22 es el hijo del sobrino de la nieta de la señora que vivía en frente de la plazita... Super pana mío"
Y ahora sin mineros... De que hablaremos?
que aburrimiento...
Excelente articulo Salvador!!
Gracias por incluirme en los agradecimientos, que halago! tqm
PAti
Muchas gracias a todos por su apoyo. Me hacen sonreír. Vamos por partes:
ResponderEliminar[DANIEL]: Tus palabras son de lo más halagadoras. Muchas gracias de verdad. ¡Bienvenido!
[FROGGYLLA]: ¡Jejeje! Estoy seguro de que así fue. Nada más me bastó ver la sonrisa entrenada de Piñera para darme cuenta de que todo, con la plataforma de los medios de comunicación, se transforma en un mercadeo de productos. Eso será igual en la mayoría de los países, lo único que cambia tal vez es la forma particular con la que cada pueblo lo realiza.
¡Un abrazo y gracias!
[JETS]: ¡Jejeje! Que bueno que te haya gustado. Bienvenida querida Jets.
[PATO]: "Guerra de los sexos con los mineros", ¡Jajajajaja! Deberías trabajar conmigo en hacer artículos de humor. Un beso Patico, y gracias a ti.
Me encanta este articulo! mucho mas el humor escondido que se encuentra dentro de el y la forma en la que redactas y produces risas sin hablar de manera vulgar como tendria que hacerlo lo mas grandes comicos y chistologos de este pais para sacar un sonrisa del rostro a una persona. Me gusto mucho tu pagina
ResponderEliminar¡Jejeje! Muchas gracias por los cumplidos Anthony. Por favor siéntete a gusto y libre en estas páginas. Bienvenido.
ResponderEliminarJajajajaja La verdad no pude dejar de reirme, la verdad ninguna otra persona que no fuese venezolana no podría disfrutar de esta buen humor negro tan similar a la terrible realidad venezolana. Muy buena tu estructura, me encantó. Buena pregunta ¿Sin mineros de que hablaremos?. La verdad lo que describiste hubiese sido la cruda y hasta divertida realidad venezolana.
ResponderEliminar¡Jejeje! Un gusto el poder haceros sonreír. Bienvenido Lynxorionis.
ResponderEliminar...EXCELENTE... NO PARE DE REIR!
ResponderEliminarJajajajaja!! Excelente Suniaga!
ResponderEliminarHasta los mamertos se reirían si leyeran esto. Muy buen trabajo. Las iguanas de la CIA causaron el derrumbe JA JA JA!
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