miércoles, 21 de julio de 2010

LA PROPAGANDA OFICIALISTA


H
ace pocos años un buen amigo me hizo saber algo que me impresionó muchísimo, no sólo por su contenido sino por la inequívoca relación que tenía el mismo con el contexto venezolano de aquel entonces. Se trataba de los Principios de Propaganda de Goebbels, una serie de postulados poderosos que constituyeron la base teórica de la influencia de Hitler y de su partido nacional-socialista sobre el pueblo germano. Me apresuro a indicarlos a continuación:
  1. Principio de simplificación y del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.
  2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
  3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. (Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan).
  4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.
  5. Principio de la vulgarización. Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.
  6. Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: (Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad).
  7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
  8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
  9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
  10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
  11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.

Estos principios no dejan de ser impresionantes para mi persona, me ocurre cada vez que los leo. Tan sólo 11 puntos, compuestos de lógica simple y aún de sofismas, que le permite al gobernante de turno, de cualquier contexto o cultura, un eficiente lavado de cerebro de las masas. El núcleo básico de la eficiencia de estos principios es nada más y nada menos que la ignorancia, de ella es que se alimentan.


La opinión de las masas, a lo largo de la historia y en cualquier lugar del mundo, es el reflejo inequívoco del nivel de sofisticación POR DEFECTO del individuo promedio que las compone. En una naturaleza dispuesta jerárquicamente como la que tenemos, son los individuos más especializados los menos abundantes y frágiles. En el caso humano, si elegimos como ejemplo de especialización a la inteligencia, resulta evidente que la proporción de genios de alto C.I. es mucho menor que la proporción de personas de C.I. estándar, regular o bajo.


Dado que la naturaleza, por su mecanismo intrínseco, tiende a prevalecer a los regulares y bajos sobre los excepcionales (sin que haya nada peyorativo en estos términos), es fácil observar que al discretizar a las masas como representación del individuo que las compone, se debe realizar más que un promedio simple, un promedio ponderado. Este promedio ponderado es el que “cuantifica” la tendencia de esa población hacia lo regular o anodino. Por ello hablaba anteriormente del nivel de sofisticación por defecto. Goebbels no ignoraba este asunto, y se puede comprobar en su principio de vulgarización:


Joseph Goebbels.


En el contexto venezolano, no sólo en aquel entonces, sino ahora más que nunca, se observa como la propaganda de Chávez parece haber estudiado muy bien estos principios. Me gustaría ilustrar con ejemplos algunas consignas presidenciales, repetidas innumerables veces por los oficialistas:


  • “¡Uh ah, Chávez no se va!”: Esta consigna probablemente nació del pueblo mismo y no de Chávez. Demuestra, en todo caso, lo acertado del principio de vulgarización. Es una consigna simple, básica, corta, basada en una cacofonía, que aunque de poco contenido en sí misma revela mucho de la mentalidad del bando que la profiere.

  • “Cúpulas podridas, CIA, pueblo Sionista de Israel, Oligarquía, latifundistas, golpistas, burguesía, el Imperio, etc”: Ejemplos claros del principio del método de contagio. Todos ellos son subcategorías de un mismo y único enemigo. Cualquier opositor es simultáneamente un oligarca, un enviado de la CIA, un apátrida, un imperialista, un golpista, y un oligarca.

  • “Yo soy el pueblo. Quien esté contra mi está contra el pueblo”. Ejemplo del principio de simplificación y del enemigo único.

  • “El Niño es el culpable de la crisis eléctrica”. Ejemplo del principio de la transposición.

  • “Chávez es amor”: Ejemplo claro del principio de vulgarización. Es un mensaje dispuesto de tal forma que el más infortunado mental del pueblo venezolano lo entiende y lo cree.

  • “El imperio yankee es el culpable de nuestras crisis”, “Los escuálidos apátridas”: Ejemplo del principio de orquestación. Estas frases han sido repetidas incontables veces durante 11 años por el presidente venezolano. Las repite cada vez que tiene oportunidad, esperando, quizás, que se vuelvan realidad. Por lo menos ya son una realidad en los oficialistas.

  • “Hay que exhumar al Libertador”, “¡Exprópiese!”, “Graduación de médicos integrales”, “Ese terrorista intentó asesinarme”. El presidente venezolano es el maestro del principio de la renovación. En Venezuela hay una incesante cantidad de noticias, que crece a un ritmo inverosímil. Otras naciones serias del mundo han de preguntarse por qué en este país ocurren tantos eventos importantes a la vez. La respuesta es que todo es manipulado, todo está tramado así para distraer a la gente de los verdaderos intereses. Lo lamentable es que se le sigue el juego.

  • Cuando aún no se tienen pruebas de la muerte de Danilo Anderson, por ejemplo, o cuando Ciclia Flores manda a callar a una diputada que inquiere acerca del caso PDVAL, se está ejerciendo el principio de la silenciación.

  • “Bolívar, Che, Marx, Jesucristo, Mao, Lenin, Sucre, Zamora, Manuela Saenz, Alí Primera, etc”: Todos ellos son ejemplo del principio de la transfusión. Chávez es un experto en aprovecharse de la historia de los difuntos para hacer de ella la suya propia. ¿Qué opinarían de él estos personajes de estar vivos?


El caso actual de la exhumación de Bolívar es lo más reciente y palpable respecto al implemento de estos principios propagandísticos. Como es fácil adivinar, Chávez no puede equivocarse en la tesis de que Bolívar murió por envenenamiento (si fuera falso, sería bastante contraproducente para su popularidad, probablemente eso haría que guardara silencio respecto a ese tema). En este orden de ideas, cuando se compruebe que efectivamente fue envenenado, y que muy probablemente lo fue por un “oligarca colombiano” del siglo XIX o por un “apátrida y contrarrevolucionario”, se avivará el discurso en contra del pueblo de Colombia y en contra de las “oligarquías”. Tenemos pues un claro ejemplo de los principios del método de contagio y de transfusión fusionados.

Apelo al pueblo venezolano y a cualquier otro que esté susceptible de ser manipulado a raíz de su ignorancia, que se culturice, que se ilustre. La educación es el mejor bien que pueden dejarse a sí mismos. Cito al tan admirado y desvirtuado Bolívar:


“Un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”.

Para finalizar, quisiera compartir este video. El maestro actual de las victorias electorales en América Latina, J.J. Rendón (quién fue el artífice de la propaganda del actual presidente electo Santos) devela algunos detalles de la metodología chavista para ejercer su influencia en las masas.




De nuevo repito: educación, educación y más educación. Si la libertad no se entiende, no se merece.




ARTÍCULOS RELACIONADOS


3 comentarios:

  1. Excelente, debería poder encontrar una película que tengo de Leni Riefenstahl que es la propaganda nazi en video y está justo expresada la mismísima frase “Yo soy el pueblo. Quien esté contra mi está contra el pueblo”.

    Te lo debo y tienes que verlo, la frase es similar para los que creen que esto es inédito y de verdad nos va a llevar a un lugar bueno.

    ResponderEliminar
  2. Sería genial verla Memo, nos ayudaría muchísimo justo ahora que estamos en una antesala electoral.

    Pude ver "Triumph des Willens" (creo que me la recomendaste tu) que también hay mucho del populismo clásico.

    Muy buenas tus sugerencias amigo mío.

    ResponderEliminar
  3. Genial este analisis, todos dicen hablan de la sabiduria popular, pero muchos no saben que la ignorancia popular es mucha mas grande que la sabiduria popular, en mi pobre pais rico no somos un pais pobre de bolsillo sino de mente. Saludos hermano me estoy tirando un intensivo de tu blog.

    ResponderEliminar

Dejad vuestro comentario libremente:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...