sábado, 27 de noviembre de 2010

EL JESÚS DE NAZARETH HISTÓRICO


S
orprendente es el hecho de que en el mundo actual, sobretodo en occidente, los basamentos fundamentales de la moral, el ideal de vida del humano promedio, sus aspiraciones, sus temores, sus repudios, sus propósitos, incluyendo incluso el tiño en las instituciones y sociedades organizadas; todo ello se encuentre impregnado por el Cristianismo, bien sea en la perspectiva católica, o bien sea en su doctrina protestante y/o reformista. Más sorprendente aún, debo decir, es el hecho de que todo el aparataje del Cristianismo se deba a tres grandes causas: la autoridad, la tradición, y la revelación. Todas ellas se resumen en medida más o menos equivalente en la Biblia, y no existe prácticamente ninguna otra evidencia en la cual apoyarse.

La pregunta legítima que sobreviene a la mente sensata resulta entonces en preguntarse si en verdad es genuina toda la base con la cual el mundo de hoy está sustentado. O en pocas palabras: ¿Jesús existió realmente? La técnica moderna de análisis histórico nos proveerá con precisión la respuesta. En consecuencia, estimado lector, la conclusión a la que lleguemos repercutirá directamente en las bases éticas de su vida.

La Universidad de Yale se vale del internet para proveer algunos cursos abiertos a cualquier persona que tenga ansias de conocimiento. Entre estos cursos, se encuentra la cátedra de Estudios Religiosos, impartida por el profesor David Martin, una eminencia en el área, con una dilatada carrera y reconocimiento profesional. Las clases de la Universidad de Yale son sencillamente magistrales, y en el tópico que nos atañe en este artículo, sería un desperdicio no valernos de tal calidad para expandir nuestro criterio. Veamos, en consecuencia, qué se puede extraer de la siempre polémica figura de Jesús de Nazareth:




Se pudiera pensar que más allá de la Biblia no existe evidencia histórica de Jesús, en vista de que el frecuentemente argumentado párrafo de Flavio Josefo, en donde se explicita a un hombre que “realiza grandes milagros”, fue en efecto una inserción posterior, y por lo tanto falaz. Asimismo, los textos variados que aluden a un “Cristo” en aquel entonces tampoco son de fiar, porque la palabra “Cristo” era usada con mucha frecuencia en aquel momento histórico para denominar a cualquier persona.

No obstante, en aras de un consenso serio por parte de los historiadores para establecer un método eficaz y riguroso de dilucidar la veracidad de los eventos históricos, tenemos en la actualidad una metodología historiográfica harto discutida y refinada, incluso, durante las mismas postrimerías del siglo XX. Son reglas modernas y fundamentales que deben cumplirse unánimemente, las cuales son:


Atestiguación múltiple: Se deben contar con dos o más fuentes independientes que den fe acerca de un hecho.

Disimilaridad: Cuando lo relatado por una fuente va en contra de la tendencia o intención de la fuente misma.

Coherencia social: Cuando las consecuencias extraídas de un presunto evento o personaje en particular poseen congruencia con el actuar o desenvolvimiento de lo que es presunto en su presente, dentro de su mismo contexto (por ejemplo, verificar que el cristianismo como religión o movimiento guarda sentido con los actos de Cristo en vida)
.

Coherencia simple: Cuando un evento o personaje presunto guarda congruencia con el contexto que le rodea y es consecuente con naturalidad con las tres reglas anteriores (por ejemplo, el hecho de que Jesús pudo haber tomado vino).

Además de las reglas mencionadas, es menester explicar dos cuestiones fundamentales. La primera de ellas es la diferencia existente entre lo ocurrido fidedignamente en el pasado y lo que es denominado como historia. De ninguna manera la historia es un devenir fiel acerca de lo que ha ocurrido. Como lo explica perfectamente el profesor Martin, si uno quisiera exponer fielmente lo que fue la Guerra Civil norteamericana, se tendría que revelar cada minúsculo detalle de lo acontecido en ese período, lo que hizo cada persona, lo que pensaron, cada roca que fue movida, cada bala que fue disparada, cada respiración hecha por seres vivos en ese período. Esa sería la única forma de rescatar fielmente lo pasado, y ciertamente es una forma imposible por los momentos. Lo pasado, en cuanto a realidad, ha pasado radicalmente, y no puede volver a aprehenderse.

Por otro lado, lo que profesionalmente se denomina como historia, es una recopilación, una construcción o re-construcción actual de los eventos pasados; es un recuento de lo característico y cierto del evento o personaje que se estudia. No es la realidad de lo que ocurrió, en el sentido de una nueva experimentación de lo que ha sido real, sino una representación actual, un constructo, que es imagen de lo que ha ocurrido.


En este sentido, lo que se desea aclarar es que un evento histórico no es la realidad fiel de un evento pasado.


El segundo aspecto fundamental a aclarar es que, en cuanto a la Biblia, suele pensarse que es un único texto, cuando en realidad nos olvidamos de que es una compilación de varios libros; algunos escritos en diferentes momentos y contextos. Por lo tanto, aunque varios de ellos tengan conexión “filial” o “inspiracional” entre sí, otros muy bien son completamente independientes. Al hacer sección sobre estos últimos, se puede operar con la regla de atestiguación múltiple sin problema.


Con lo anterior suficientemente aclarado, lo enseñado por el profesor Martin en el video se puede reducir en lo siguiente:

• Hay discrepancias importantes entre Mateo y Lucas en cuanto al nacimiento de Jesús y no hay certeza confiable en cuanto a los acontecimientos del traslado de José y María. Todas las historias de la natividad son relatos muy posteriores. Lo máximo que se podría decir es que Jesús nació en Nazareth, y que hubo una intención posterior de hacerlo nacer en Belén, para así poder cumplir con ciertos requisitos proféticos anteriores.


• El Evangelio de Juan es marcadamente distinto de los demás evangelios.


• Hay problemas con el relato de la captura y el juicio de Jesús. No existe similitud en la narrativa entre el El Jesús histórico no es el Jesús teológico.Evangelio de Marco y el de Juan. Muchos de los académicos opinan que el juicio de Jesús no fue real. No solo por las diferencias entre los evangelios, sino porque durante tal evento, ninguno de los apóstoles estuvo ahí para hacer tal testimonio. Por otro lado, los romanos hacían juicios de ese tipo con mucha frecuencia y no dudaban en enjuiciar a alguien con rapidez. Todo el período del juicio en contra de Jesús es demasiado largo y va en contra de la tradición romana. Por lo tanto, los historiadores son muy escépticos respecto al juicio de Jesús y opinan que fue escrito posteriormente, de forma especulativa, por los primeros cristianos.


• Sin embargo, muchos historiadores reputados están de acuerdo con que Jesús de Nazareth fue un personaje histórico, que en efecto existió. Aunque es sumamente importante comprender que el Jesús teológico no es el Jesús histórico, en lo absoluto son equivalentes.


• No hay forma histórica de verificar que Jesús era Dios.


• El letrero en la cruz de Jesús, INRI (abreviatura en latín que significa “Jesús de Nazareth, Rey de los Judíos”), nos dice que ese evento fue histórico, pues el relato proviene de dos fuentes distintas. Mateo y Lucas copiaron sus evangelios a partir del de Marco, pero se sospecha que Juan no lo hizo, por lo que Mateo, Lucas y Marco conforman una fuente, y Juan conforma otra. Por otro lado, el calificativo “Rey de los Judíos”, no es una frase que profese la confesión cristiana de aquel entonces. Los cristianos, de haber modificado ese detalle en la escritura, no lo hubieran hecho de esa forma tan inconveniente. Va en contra de la tendencia de sus escritos y por lo tanto se sospecha que esto sí fue histórico.

• Se piensa que el bautizo de Jesús por Juan el Bautista fue un hecho histórico, pues cumple con la regla de la atestiguación múltiple y además también va en contra de la tendencia confesional cristiana. Cualquier escritor cristiano pudo haber pensado que si Juan es el que bautiza a Jesús y no al revés, eso haría lucir al primero como superior. Sin embargo, fue relatado de esa manera contraproducente, lo cual es un vestigio de que sí fue un hecho histórico.


• La enseñanza de Jesús acerca de la prohibición del divorcio cala en las reglas para ser considerada como histórica, al igual que el suceso en el templo, en el cual Jesús se enfureció con los mercaderes.


• El porte de la espada cuando atraparon a Jesús, cuando estaba reunido con sus apóstoles, también es considerado como histórico. Uno de sus apóstoles (tal vez Pedro) cortó la oreja de uno de los aprehensores de Jesús. Colocándonos en el contexto, si un grupo de judíos, a la medianoche, rodeando al que dice ser su líder y rey, porta armas (así sea alguno), era motivo suficiente para que los romanos apresaran a los involucrados, e incluso los crucificaran. Una revuelta latente de los judíos entre los romanos jamás sería permitida. Esto va en contra de la tendencia teológica cristiana, pues Jesús, según la misma, no fue un criminal, ni tenía motivos violentos.


• Cuando alguien le pregunta a Jesús acerca del bien, en Marco 10:18, y éste responde “¿Por qué me preguntas acerca el bien?; el único que es bueno es Dios". La respuesta, que pareciera renegar de la divinidad de Jesús, va en contra de la tendencia teológica cristiana. Por lo mismo se sospecha de su historicidad positiva.

• En Mateo 18, se piensa que todo lo referente a las reglas de la iglesia es una inserción posterior, y por lo tanto es falsa, no es histórica. Va en contra de la coherencia social en el contexto de Jesús. Los actos de Jesús sencillamente no calzan con la guía o constitución de una futura iglesia.

De todo esto, las conclusiones seguras, que no son víctimas de especulación en cuanto a la biografía e historicidad de Jesús de Nazareth, convergen en lo siguiente, sin permiso de ningún añadido no comprobado:

Jesús fue un profeta judío apocalíptico, quien fue en un principio seguidor de Juan el Bautista. Era un campesino de clase humilde, que hablaba fundamentalmente arameo. Conformó un grupo de confianza de 12 discípulos principalmente (adrede, de acuerdo a las 12 tribus de Israel), aunque su círculo interno incluía a más personas, incluso mujeres. Nunca enseñó el fin de la fe judaica, pero sí enseñó una versión más liberal de dicha ley. Nunca se vio a sí mismo como el fundador del Cristianismo ni como el fundador de una nueva religión; más bien se veía como un guía para el pueblo de Israel, advirtiéndoles y preparándoles para el fin de los tiempos. Fue ejecutado por cargo de sedición, por autodenominarse “Rey de los Judíos”, lo cual iba en contra de la ley, pues sólo el senado romano otorgaba la majestad real.


Por los momentos no se puede concluir más nada de tan especial personaje, y le invito a usted, estimado lector, a que realice un acto de reflexión acerca de este asunto. La vida es una sola, y usted merece que el propósito que se plantee para ella esté bien fundado. Actúe con racionalidad, de acuerdo a su bienestar y al de todos. Usted tiene el derecho de ser escrupuloso en sus verdades, o como siempre sugiere el profesor Martin en sus clases: “de ómnibus dubitandum”.


Muchos saludos.





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6 comentarios:

  1. Amigo Le Corvo…

    Solo me queda felicitarlo por tan extraordinario artículo. Digno de recomendación y divulgación.

    Simplemente excelente.

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  2. Muchas gracias Noé, y debo decir que no he tenido reparos en hacer lo propio con tu artículo "La Primera mentira y el origen del mal". Me ha sido útil utilizarle de plataforma cuando hablaba de algunas peculiaridades del libro de Enoc, en:

    http://lecorvomecanique.blogspot.com/2010/11/el-libro-de-enoc-comentarios.html

    Un abrazo, y gracias por tus visitas.

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  3. Sabía que no había publicado mi comentario sobre este artículo cuando lo leí y realmente me quedaron tantas cosas por dentro que no se ahora que decir jajajajaja.

    Me parece excelente y me encanta ver que alguien define un Jesús histórico y uno religioso o bíblico. Así como también mientras leí esta entrada, recordé un tweet que puso un chavista con el que quería decir palabras más o palabras menos que los grandes hombres de la historia que generan movimientos a raíz de sus nombres o formas de pensar, no eran en principio los "istas" de la tendencia que crean, léase: Marx no era marxista, Cristo no era cristiano y así hasta llegar a Chávez (un meado totalmente fuera del perol pero bueh) el punto es que realmente deidad, profeta o lo que sea, Jesús de Nazareth resaltó o lo hicieron resaltar tanto a nivel literario, por encima de otros profetas de su época.

    Y en consecuencia, como aseguras, si algo es cierto, es que un ser de tal relevancia existió. Las razones de su valor, que mejor sean tomadas por cada creyente o no creyente.

    Saludos, ¡me encantó!

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  4. Muchas gracias querido Memo, un gusto tenerte de lector por acá. el asunto de Jesús se entiende mucho más desde una perspectiva política que religiosa. Si eliminas a Constantino I de la historia de la humanidad, el mundo hubiera sido un lugar absolutamente distinto, te lo garantizo.

    Al quitar esa pieza del tablero, el fenómeno cristiano JAMÁS hubiese existido. Quién sabe si seguiríamos adorando dioses romanos, probablemente no.

    Saludos hermano.

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  5. Hola, Corvo! Genial articulo.
    Queria compartir un enlace que me parecio muy interesante, donde se postula la idea de que la Pasion narrada en los evangelios tiene muy poco de cronica historica y mucho de tragedia griega. Seria una suerte de hibrido literario que se nutria en las representaciones del teatro sacro, comun en el mundo del helenismo tardio.
    Para los que les interese:
    https://sites.google.com/site/estudiosdelasideasylasinst/home/sincretismos-de-los-cultos-de-la-cruz
    Saludos!

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